Madrugo mucho cada mañana y me encanta ver el amanecer a través de las ventanas de mi lugar de trabajo. La luz y el olor de la masa que voy elaborando, se mezclan y forman parte de mi día a día. Si valoras lo que haces, disfrutas con tu trabajo, por eso hoy pongo las mismas energías que otros días para que otras personas puedan valorar también mi labor.
Soy panadero/a.
Cuando ya tengo hecha la masa, doy forma al pan al ritmo de la música, por eso mis bollos son los más redondos del mercado y mis barras las más sabrosas y frescas. Una vez que el pan está moldeado y reposado, lo introduzco en el horno, compruebo cómo poco a poco se va hinchando y va cogiendo la forma deseada. Me gusta ver el proceso de cocción mientras sigo amasando otras clases de pan: con semillas, sin gluten, sin sal, integral, de centeno... Adoro el olor a pan.
Cuando acabo mi trabajo, otras personas envasan y ponen a la venta el resultado de mi trabajo. Siempre compruebo el aspecto que tiene el producto antes de irme a descansar un ratito. Soy panadera/o y me gusta serlo, porque disfruto con lo que hago a diario.
Haz clic en la siguiente foto para ver nuestra adaptación al oficio de panadero.
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